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Fármacos, materiales, inteligencia artificial, logística o finanzas alcanzarán un nuevo nivel gracias a la computación cuántica
Tiempo de lectura | 6 min.

La computación cuántica es una de esas tecnologías que pueden cambiar nuestro mundo tal y como lo conocemos, pero necesitará especialistas para conseguirlo. Este campo ofrecerá algunos de los trabajos del futuro y no conviene perderlo de vista.
La computación cuántica aprovecha las leyes de la física cuántica para resolver problemas complejos. Es un paradigma de la computación que está en pleno desarrollo, que ya se utiliza y que tiene pendiente superar algunos retos para popularizar su uso.
La física cuántica es la rama de la ciencia que explica cómo se comportan las cosas muy pequeñas, como los átomos y las partículas subatómicas, donde las reglas normales de la física dejan de funcionar.
En este mundo diminuto, una partícula puede estar en superposición, es decir, en varios estados o lugares al mismo tiempo hasta que alguien la observa o la mide, momento en que “elige” un estado concreto. Además, existe el entrelazamiento cuántico, un fenómeno por el cual dos partículas se conectan de tal forma que lo que le pase a una afecta instantáneamente a la otra, aunque estén a kilómetros de distancia.
En resumen: la física cuántica muestra que la realidad, a nivel microscópico, es mucho más extraña y fascinante de lo que parece.
Para hacer sus cálculos, un ordenador clásico se basa en bits que pueden representar un 0 o un 1. Por su parte, una computadora cuántica utiliza cúbits, es decir, bits cuánticos capaces de representar ambos valores a la vez.
Esto hace que a una computadora cuántica se le den de maravilla problemas de combinatoria que a los ordenadores clásicos les llevaría mucho tiempo resolver. En lugar de realizar una prueba detrás de otra, como haría un ordenador clásico, las computadoras cuánticas pueden evaluar todas las combinaciones o posibles soluciones a la vez. Al final del proceso el sistema converge a la solución óptima.
Por ejemplo, le resulta mucho más sencillo predecir cómo se comportará una molécula compleja, analizar millones de rutas posibles para entregar una mercancía o encontrar patrones en inmensas bases de datos para realizar predicciones más precisas.
Todo esto tiene aplicaciones en la vida real, en las que ya se están realizando avances experimentales: desde reducir al mínimo el tiempo que se tarda en desarrollar una vacuna a optimizar la logística internacional o mejorar considerablemente la predicción meteorológica .
También puede ayudar a optimizar procesos de inteligencia artificial y, gracias a eso, hacer que esta tecnología consuma menos recursos y energía.
La computación cuántica facilita el desarrollo a medida de materiales que no existen en la naturaleza y tiene el potencial de simular riesgos financieros a un nivel nunca visto. Comunicaciones y sistemas de navegación imposibles de interceptar serán también posibles gracias a la tecnología cuántica.
Este paradigma de computación avanza constantemente para resolver algunas cuestiones pendientes. Estos ordenadores todavía utilizan pocos cúbits y son muy sensibles a las perturbaciones: el más mínimo ruido hace que abandonen su estado cuántico y se produzcan errores.
No solo eso: también hace falta desarrollar algoritmos que permitan sacar partido a las capacidades de las computadoras cuánticas.
Hay mucho por hacer y oportunidades reales de empleo para aquellos interesados en desempeñar uno de los trabajos del futuro. Las hay tanto en el desarrollo de la propia tecnología como en su aprovechamiento.
Un análisis de Qureca estima que el mercado de tecnologías cuánticas rozará los 14.000 millones de euros en los próximos diez años y que los empleos crecerán exponencialmente, con casi 600.000 nuevos puestos de trabajo en 2040.
Todo ello en un sector en el que resulta tremendamente difícil encontrar talento con las habilidades necesarias para desarrollarlo y sacarle partido: la física cuántica presenta un reto dado que sus conceptos son diferentes a lo que estamos acostumbrados, aprenderlos te permitirá desarrollar una forma única de pensar y comprender la realidad desde una perspectiva innovadora.
No existen grados universitarios específicos para trabajar en computación cuántica. Sin embargo, es importante contar con formación universitaria que proporcione una buena base para manejar los conceptos tan complejos que forman parte de esta disciplina.
En el caso de la computación cuántica son especialmente útiles los grados relacionados con física, matemáticas, ingeniería informática y electrónica, o una combinación de ellos, como matemática o física computacionales. Otras disciplinas como la nanociencia y la nanotecnología están también estrechamente relacionadas con ese campo.
Este tipo de estudios universitarios aporta los fundamentos imprescindibles para especializarse después en el desarrollo de hardware, software y algoritmos cuánticos, así como en la integración de la computación cuántica en distintos procesos y sistemas.
Después de graduarse se puede iniciar la especialización cursando un máster específico en tecnologías cuánticas.
Son estudios que ofrecen diversas universidades españolas y con distintos enfoques, que abarcan desde el desarrollo de aplicaciones al de algoritmos, la implementación física de tecnologías cuánticas o la fabricación de hardware.
En función de la especialización elegida, se podrá trabajar después tanto en el ámbito académico como en el empresarial, desarrollando las propias tecnologías cuánticas o identificando sus aplicaciones prácticas en distintas industrias.
Familiarizarse con las tecnologías cuánticas sin pasar por un máster es posible gracias a la gran cantidad de recursos online que existen a tal efecto.
Grandes compañías tecnológicas como IBM , Google y Microsoft ofrecen tanto cursos introductorios como herramientas que permiten experimentar con la computación cuántica. Son muy útiles tanto para estudiantes como para profesionales que quieran explorar nuevas formas de reorientar su carrera.
También hay universidades y escuelas de prestigio que organizan cursos online de formación continua como el MIT , con cursos sobre fundamentos y aplicación práctica de la computación cuántica.