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Los expertos de grandes compañías lo tienen claro: la sostenibilidad no es una cuestión solo de voluntad empresarial, sino también de modelo de negocio
Tiempo de lectura | 7 min.

Hasta hace no tanto tiempo, la sostenibilidad era casi una cuestión de voluntad empresarial. Dependía de que una compañía, consciente de la necesidad de luchar contra el cambio climático a nivel global, decidiese implantar prácticas más sostenibles en toda su estructura empresarial.
A día de hoy, sin embargo, no es una cuestión de voluntad, sino también de negocio. Es evidente que, a lo largo de la historia, una compañía podía ser rentable sin necesidad de insertar la sostenibilidad dentro de su estrategia. Pero, a día de hoy, esto ha cambiado: la sostenibilidad forma parte de cualquier modelo de negocio que pretenda ser relevante a corto, medio y largo plazo. Se ha convertido, incluso, en un criterio de inversión.
Así lo aseguran los participantes de All in The Green Game , una nueva serie de entrevistas dentro del pódcast de Susana Criado y Clara Bernal, All in the Game. Esta quinta serie, impulsada por CaixaBank AM , ha contado con todo tipo de expertos procedentes de empresas que, o bien han formado parte o bien comparten los valores del fondo Bolsa Improvers de CaixaBank AM, que invierte en aquellas empresas que muestran un claro compromiso con facilitar y/o favorecer la transición a alternativas que mejoren aspectos medioambientales y/o sociales relevantes.
La serie se inicia con una entrevista a Pablo Hernández de la Merced , director de Sostenibilidad de CaixaBank AM, y sigue con una serie de charlas entre David Manso, director de Renta Variable de CaixaBank AM, con Manuel Rua , responsable de Sostenibilidad de Amadeus; Alicia Fernández del Viso , directora global de ESG en Cellnex; Elena Valderrábano , directora global de Sostenibilidad de Telefónica; y Clara Rey , directora de Sostenibilidad de Repsol.
Finalmente, Eugenio Solla, director de Sostenibilidad de CaixaBank, junto a Pablo Hernández de la Merced, es el encargado de concluir la serie.
"Hace 15 ó 20 años, en nuestro proceso de valoración solo incluíamos variables de corte financiero", cuenta David Manso. Sin embargo, "hoy, junto a esas variables, incluimos también las de tipo sostenible. Trabajamos con 50-60 indicadores relacionados con el medio ambiente, factores sociales o gobierno corporativo". Y es que "ya no solo importa la parte financiera", añade Pablo Hernández de la Merced.
“A la hora de analizar una inversión y de construir carteras, de la misma manera que consideramos aspectos relacionados con la rentabilidad o los riesgos (geográficos, de liquidez...), también hemos integrado el análisis de criterios ESG (Environmental, Social, and Governance)”, afirma Hernández de la Merced.
De hecho, "en CaixaBank AM tenemos un catálogo de productos desde el punto de vista de sostenibilidad", añade Manso. "Productos que promocionan los aspectos ESG o productos de impacto, que representan más del 33% de nuestros activos. De esa manera, contribuimos a la movilización de finanzas sostenibles de nuestro Plan de Banca Sostenible 2025-2027 ".
“No existe la sostenibilidad sin la rentabilidad”, insiste Manso. “Hay muchos estudios sobre la capacidad que tiene la sostenibilidad para anticipar quiebras: si una compañía está bien calificada desde un grado de inversión sostenible, tiene una probabilidad bajísima de quebrar”.
Manso insiste en que “n o se puede separar la parte financiera de la sostenible; es un tándem que va de la mano. La rentabilidad y la sostenibilidad son grandes aliados a medio y largo plazo”.
Por todo ello, las empresas tienen incluida la sostenibilidad en su propio modelo de negocio: “No podemos no ser sostenibles”, afirma Manuel Rua, de Amadeus. La industria del viaje no puede ser rentable en el futuro si todos los actores que pertenecemos a este sector no nos ponemos de acuerdo para hacer un viaje más sostenible”.
En Cellnex, de hecho, según Alicia Fernández del Viso, son “un gran consumidor de energía”. “Tenemos que contribuir a que se haga esta transición a un modelo energético en el que las renovables tengan una gran presencia”, añade.
Fernández del Viso recuerda que el objetivo de Cellnex para este año es “conseguir un 100% de energía renovable en toda la compañía”.
La sostenibilidad es un factor impulsado no solo por cada compañía, sino también por sus propios clientes. En un contexto cada vez más concienciado de la preservación del medio ambiente, son los propios consumidores los que exigen a las empresas que la sostenibilidad forme parte de su ADN.
“No podemos pedirles a nuestros clientes que hagan cosas que nosotros no haríamos”, destaca Rua. “No podemos decirles que traten de minimizar el impacto o reducir la huella de carbono de sus viajes si nosotros no lo hiciésemos también”.
Además, “les ofrecemos tecnología que les sirve, por ejemplo, para agilizar el proceso de embarque o el de despegue, lo que genera un ahorro significativo de combustible. También usamos tecnología que distribuye de manera óptima las cargas dentro de un avión, lo que al final también sirve para minimizar la carga y el consumo de combustible.
Y es que “el cliente final tiene unas necesidades que hay que cubrir”, añade Clara Rey. “En Repsol ofrecemos una paleta de productos renovables que puedan servir para todas sus necesidades: para unos la solución será el biometano, para otros la energía renovable… Tenemos que darles a nuestros clientes la energía que necesitan, pero con nulas o muy bajas emisiones de CO2”.

Más allá del modelo de negocio y de la exigencia de los clientes, lo cierto es que la sostenibilidad también se ha insertado dentro de la estrategia de las compañías por otro motivo claro: la confianza que estas deben transmitir a sus inversores, socios, proveedores, etc., a los que, a su vez, puede contagiar esa misma filosofía sostenible.
Eso es precisamente lo que, ya en 2008, hizo Telefónica: “Implantamos una política de sostenibilidad, que era algo que no tenían ni siquiera muchas empresas con grandes riesgos medioambientales. Todavía no se hablaba de planes de acción climática”; reconoce Elena Valderrábano, directora global de Sostenibilidad de Telefónica.
“En Cellnex auditamos todos los datos relacionados con la sostenibilidad”, cuenta Fernández del Viso, “y hacemos un gran esfuerzo, porque entendemos que nuestros accionistas quieren tener esta información de manera muy clara”.
Y es que “la sostenibilidad también es importante desde el punto de vista de la transparencia”, añade Hernández de la Merced. “En CaixaBank AM hacemos un reporting anual de nuestras principales incidencias adversas, donde se ve qué volumen global tenemos de emisiones, qué huella de carbono hay en nuestra cartera, etc.”.
Esto afecta a cualquier proceso de una compañía: “Es muy relevante gestionar los riesgos de sostenibilidad de toda nuestra cadena de suministro”, asegura Rey, “porque eso nos permite gestionar el impacto que tienen las relaciones con socios, con contratistas y con proveedores”.
En este sentido, afirma que Repsol ha llevado a cabo varias iniciativas con proveedores para ayudarles a reducir la huella de carbono de sus productos.
Para Manuel Rua, se trata de que cualquiera de los agentes empresariales y sociales sepan, a ciencia cierta, hasta qué punto es sostenible una compañía: “Se lo trasladamos a los reguladores, a nuestros inversores, a nuestro consejo de administración, a nuestros empleados y a nuestros clientes. Y todos nos dicen que es imprescindible que seamos sostenibles”.
Como vemos, la sostenibilidad ya no es una opción, sino una obligación, también a niveles de negocio, con lo que cada vez está más presente en todo tipo de compañías.
Como destaca Eugenio Solla, director de Sostenibilidad de CaixaBank, la entidad, en su Plan de Sostenibilidad 2025-2027 , marca diversos ámbitos de actuación en este sentido, con dos focos: social y medioambiental: “El foco social está relacionado con cómo apoyamos el desarrollo económico y social de las familias”.
Se habla mucho de transición energética. Para nosotros, no es una transición energética, sino una transformación de la economía
Eugenio Solla
Director de Sostenibilidad de CaixaBankY a modo de ejemplo, destaca diversas iniciativas de inclusión financiera de CaixaBank: es el mayor contribuidor a las cuentas de pago básicas; da servicio a casi 1,2 millones de personas en el entorno rural a través de las oficinas móviles; o apoya la financiación con impacto social, a través de MicroBank , “la mayor microfinanciera de toda Europa y un estandarte para nosotros”, asegura.
Para el directivo, la entidad tiene varios grandes retos relacionados con la sostenibilidad. En primer lugar, la longevidad. “Queremos que nuestros mayores vivan en las mejores condiciones: que, al menos, el 33% de esas personas tengan un producto de previsión económica a futuro. Y, para cuando lleguen a la jubilación, estamos desarrollando productos y servicios que satisfagan sus necesidades, tanto financieras como no financieras”, destaca.
Y segundo lugar, la empleabilidad: “Nos hemos planteado el objetivo de que 150.000 personas mejoren su empleabilidad, ya sea accediendo a financiación para emprender o a través de CaixaBank Dualiza , que impulsa la FP Dual en el sistema educativo complementando a la formación universitaria”, concluye.