INNOVACIÓN
España quiere ser líder en pagos digitales: estos son los ingredientes para lograrlo

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Objetos, coches, comida y hasta edificios. Todo a través de la impresión 3D. La pregunta es: ¿qué no se puede hacer ya con una impresora 3D? En 2015, según un estudio, se han comercializado más de 182.000 impresoras 3D, un 37% más que el año anterior, y en 2016 este sector moverá más de 4.900 millones de euros en todo el mundo. El próximo objetivo: introducirse definitivamente en los hogares.
Hace aproximadamente tres años surgió el boom de las impresoras 3D para uso doméstico. Esta adaptación del mercado al consumidor final hizo que poco a poco fueran descendiendo los precios de estos dispositivos. Hoy, ya se pueden comprar por 45 €. Para TRDIMENSION, proveedora española de servicios 3D, “la tendencia a la baja de los precios y, sobre todo, la inclusión de las impresoras 3D en los planes educativos van a terminar haciendo de estas impresoras un must have para las familias”.
Uno de los obstáculos para romper la barrera de los hogares es el desconocimiento de las personas para diseñar en 3D y la falta de una herramienta definitiva que facilite el diseño personalizado. No obstante, Ángel Llavero, CEO del Grupo SICNOVA, uno de los principales fabricantes españoles, piensa que “poco a poco se están creando escáneres 3D cada día más económicos y sencillos de utilizar” y asegura que “en el momento en el que tengamos dispositivos que nos permitan digitalizar en 3D de forma sencilla objetos de nuestra vida cotidiana, va a haber mucha materia prima para imprimir en 3D”.
Según el estudio citado, de 2015 a 2020, las impresoras 3D vendidas crecerán un 67,2% al año, alcanzando los 2,4 millones de equipos llevados a los consumidores en 2020. A largo plazo, el límite de este fenómeno parece ser todavía desconocido.
Muchos hablan de la impresión 3D como uno de los pilares de la Industria 4.0. Los expertos coinciden en que, con la cantidad de aplicaciones que se pueden lograr y la digitalización y democratización en la fabricación de objetos, es en sí misma una Tercera Revolución Industrial.
La realidad es que esta tecnología ha permitido ya, como recuerda Llavero, fabricar dientes con efecto bactericida o construir casas de 60 metros cuadrados en apenas cuatro horas. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la impresión 3D está llegando a sectores muy diferentes:
¿El futuro? Según TRDIMENSION “esta tecnología está llegando a sectores que nunca nos imaginamos y gracias a su constante innovación es posible abarcar más sectores del mercado”. La joyería, el sector dental, la aeronáutica, la automoción, la fabricación de moldes, la biomedicina o la moda son algunos de los sectores que tienen más potencial en este momento. Esta progresiva adaptación a diferentes terrenos responde al desarrollo de nuevos materiales. Según Llavero, “cada material está diseñado para aplicaciones específicas y con una solución concreta que optimiza el proceso para un sector en concreto”. A largo plazo, el límite de este fenómeno parece ser todavía desconocido.