El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha afirmado que, en un mundo cada vez más tecnologizado como consecuencia de la profunda digitalización, “las personas van a seguir siendo un elemento diferencial de competitividad”.
Goirigolzarri ha incidido, durante su intervención en Palma de Mallorca en el ‘VII Foro El Económico. El impacto de la tecnología’ junto a José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, en que las personas “son clave y lo seguirán siendo”, y que la diferencia entre “las empresas mediocres y las exitosas se encuentra en el compromiso de los equipos”.
El presidente de la entidad ha reconocido que la innovación “genera desigualdad en el corto plazo” y así ha quedado demostrado en cualquier revolución industrial o tecnológica, si bien pasado un tiempo razonable redunda en la creación de empleos de mayor calidad y en el progreso de la sociedad.
En este sentido, Goirigolzarri ha explicado que “las empresas tenemos una enorme responsabilidad con el reskilling de nuestros empleados” y, aunque habrá cambios en los perfiles profesionales a lo largo del tiempo, “lo importante es apostar por la formación”.
“En el mundo se está produciendo un enorme desequilibrio del mercado laboral entre lo que las empresas estamos pidiendo y las habilidades de las personas que se incorporan y, por ello, la responsabilidad de las empresas en la formación de los trabajadores es extraordinaria”, ha apuntado Goirigolzarri.
Ética y privacidad
En cuanto a la privacidad, Goirigolzarri ha dicho que la captura, el análisis y el uso de los datos “tiene un enorme valor para las organizaciones” porque permiten realizar predicciones sobre los hábitos de consumo, de gasto o diferentes comportamientos de las personas.
Por ello, el presidente de CaixaBank ha considerado que “debemos replantearnos como una enorme prioridad la defensa, la seguridad y la privacidad de los datos” de los clientes y abogar por una regulación unificada.
El uso de algoritmos de forma automatizada y sin ninguna supervisión humana, ha advertido Goirgolzarri, puede generar sesgos que no son debidamente identificados y corregidos por las organizaciones, “llegándose a producir situaciones de injusticia, segregación y discriminación” y, por ello, “debemos seguir unos estrictos principios éticos, con independencia de la regulación”.
