Reportaje

Cambio climático, algo más que una declaración de intenciones

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El Acuerdo de París de 2015 plantea una hoja de ruta para hacer frente a la amenaza más importante del siglo XXI

Existe, está ahí y es necesario frenarlo. Y hay que hacerlo ya. El cambio climático es uno de los mayores desafíos que afronta la humanidad. Sus impactos van mucho más allá del entorno físico, por eso afecta también a la sociedad y la economía. También por eso preocupa tanto a los Gobiernos, las empresas y los ciudadanos.

El acuerdo Acuerdo de París alcanzado en 2015 llegó dispuesto a sentar las bases para atajar este grave problema. En concreto, establece un plan de acción mundial que persigue mantener a raya el aumento de la temperatura media mundial a largo plazo, limitando su incremento. Para lograrlo, la comunidad científica y organismos como el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) consideran imprescindible reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de manera sostenida y sustancial. De esta manera se rebajarán las consecuencias del cambio climático.

¿Cómo lograr estos objetivos? La respuesta es clara: si no nos ponemos todos manos a la obra, no lo conseguiremos. Esto incluye a las entidades bancarias, que tienen la capacidad de reducir emisiones de manera directa, a través de sus propias operaciones, pero también indirecta, mediante sus relaciones con clientes, compañías participadas, socios comerciales y cadena de valor. Por ello el Consejo de Administración de CaixaBank aprobó el pasado febrero una declaración en la que se recogen de forma expresa el amplio abanico de medidas que la entidad tiene en marcha para luchar contra el cambio climático.

Contribuir a la transición a una economía baja en carbono es una prioridad en CaixaBank. Para ello, la entidad reduce el impacto directo de sus operaciones y apuesta por la financiación e inversión en proyectos sostenibles. Lo hace a través de cinco líneas de actuación principales y una serie de compromisos que van más allá de una mera declaración de intenciones.

Las oportunidades de una economía sostenible

Una de las vías de acción de CaixaBank para responder al cambio climático tiene mucho que ver con el apoyo a proyectos compatibles con una economía baja en carbono. Crecimiento económico y reducción de emisiones no solo son compatibles, sino que juntos generan oportunidades financieras. Para materializarlas, es necesario proponer soluciones viables a clientes y grupos de interés.

Así, la entidad lleva años financiando proyectos de energías renovables, así como de infraestructuras y agricultura sostenibles. La inversión socialmente responsable, gestionada a través de sus gestoras de activos y planes de pensiones, es otro de los impulsos que ofrece CaixaBank en este sentido.

Además, la entidad se compromete a seguir identificando nuevas soluciones para ayudar a sus clientes a responder a los retos del cambio climático, así como a acelerar la inversión y financiación destinadas a mitigar sus efectos. También acompañará a sus clientes a la hora de avanzar en la transición a una economía baja en carbono y ofrecerá productos de inversión socialmente responsable a los inversores.

Gestionar los riesgos

La gestión de los riesgos sociales y ambientales es vital para evitar el impacto financiero que puedan tener eventos como el cambio climático. Las entidades bancarias deben afrontar este compromiso, por eso CaixaBank aplica los Principios de Ecuador desde 2007. También cuenta con un procedimiento interno para la gestión del riesgo social y ambiental en la financiación de proyectos.

Junto a estas medidas, la entidad utiliza criterios específicos para la financiación de sectores y clientes con un mayor riesgo potencial. Asimismo, incorpora criterios ASG (ambientales, sociales y de buen gobierno) en la gestión de activos, que siguen los Principios de Inversión Responsable de Naciones Unidas.

Identificar, gestionar y mitigar los riesgos asociados al cambio climático con un impacto material en su negocio, así como medir y gestionar los relacionados con sus operaciones de negocio en función de estándares reconocidos internacionalmente son dos de los compromisos que adopta CaixaBank en este apartado.

Predicar con el ejemplo

Puede que un banco no sea la empresa más contaminante del mundo. Sin embargo, si se quiere construir algo, lo mejor es comenzar por los cimientos. En el caso del cambio climático, para impulsar la transición a una economía baja en carbono es necesario predicar con el ejemplo. CaixaBank se ha propuesto hacerlo, por eso apuesta por minimizar su propio impacto en el entorno.

En este sentido, la gestión de la entidad se ha convertido en un referente. Cuenta con un sistema de gestión ambiental y energética basado en las normas ISO 14001, ISO 51000 y el Reglamento EMAS. Se trata de un sistema que contempla planes de mejora continua para incrementar la eficiencia ambiental del banco, minimizando sus emisiones y compensando las que no se pueden suprimir.

Como muestra de su implicación con esta tarea, la entidad se compromete a establecer objetivos anuales en reducción del consumo de energía y otros recursos, a mejorar su eficiencia energética con emisiones de CO2 cada vez menores y a mantenerse como Carbon Neutral, compensando su huella de carbono calculada. También incorporará nuevos criterios ambientales para su relación con la cadena de suministro y promoverá la adopción de tecnologías más respetuosas con el entorno físico.

Colaborar con otros

Para llevar a cabo todas estas líneas de actuación, es muy importante colaborar con otras organizaciones e informar sobre los progresos de manera transparente. Dos cuestiones con las que CaixaBank se compromete tanto en la actualidad como en el futuro.

Entre las numerosas alianzas que mantiene la entidad, se encuentra su participación regular en grupos de trabajo y asociaciones dedicadas al avance en materia ambiental, como la UNEPFI y el Grupo Español para el Crecimiento Verde. También es firmante de la iniciativa Climate Action 100+ para impulsar el diálogo con las compañías del mundo que tienen mayores niveles de emisiones con efecto invernadero. Asimismo, guía sus actuaciones según estándares y principios internacionales como el Pacto Mundial, los Principios de Banca Responsable y los Principios de Inversión Socialmente Responsable de las Naciones Unidas y los Principios de Ecuador, entre otros.

Actuar con transparencia

Además, CaixaBank considera que contar con información rigurosa, relevante y oportuna es esencial para impulsar la acción en materia de cambio climático. Por eso incluye las principales actuaciones y métricas en sus informes públicos, como el Informe de Gestión adjunto a las Cuentas Anuales, el Informe de Impacto Socioeconómico y la Declaración Ambiental. Todos ellos incluyen datos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de la entidad.

En este sentido, la entidad se compromete a medir su actuación e informar a sus grupos de interés de manera proactiva, regular y clara. También a publicar sus datos sobre cambio climático anualmente y a incorporar en sus informes las mejoras derivadas del desarrollo de nuevas metodologías y marcos de reporting no financieros.

Afrontar el cambio climático es mucho más que formular una lista de deseos. Es necesario concretar actuaciones capaces de frenarlo y llevarlas a cabo. El futuro del planeta bien lo merece.

 
 

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