Nota de prensa

El ordenador que permitirá a Ana estudiar Gestión de Empresas o a Abdil seguir sus clases online de repostería

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El ordenador que permitirá a Ana estudiar Gestión de Empresas o a Abdil seguir sus clases online de repostería

Abdil estudia repostería, Raúl soldadura y Amin va a la escuela nocturna. Sus nombres son seudónimos, pero lo que es una realidad es que son trabajadores y disciplinados y que compaginan sus estudios con el aprendizaje de castellano y catalán. Los tres se vieron obligados a dejar sus países de origen y actualmente residen en los pisos tutelados que la Fundación del Convento de Santa Clara, que dirige sor Lucía Caram, tiene en Barcelona.

“Desde la Fundación trabajamos en la prevención, la detección y la atención a la población en situación y riesgo de exclusión social, acompañándolos en su integración social para que puedan vivir como personas dignas aportando valor a nuestra sociedad”, explica desde Roma sor Lucía.

La COVID-19 ha dejado al descubierto la gran brecha digital existente y el impacto negativo que ha tenido en el acceso y seguimiento de los estudios online. Una huella que se ha visto agravada si hablamos de personas en situación de vulnerabilidad como Abdil, Raúl o Amin. “La pandemia nos ha mostrado que tenemos que disminuir la brecha digital para igualar oportunidades”, explica sor Lucía.

Con el fin de apoyar a los colectivos en situación de vulnerabilidad y dar una segunda vida a materiales en desuso, artículos descatalogados o devoluciones en buen estado, CaixaBank, en colaboración con numerosas empresas, desarrolla el programa “ReUtilízame” cuya misión es extender la reutilización de excedentes de materiales y contribuir a la creación de una red empresarial de solidaridad destinando los enseres a entidades asistenciales.

“CaixaBank Payments & Consumer nos ha donado tres televisores y material informático, entre otros enseres, que ayudarán a las familias que viven en nuestros 34 pisos de acogida y que nos permitirá desarrollar los talleres de formación que llevamos a cabo en la Fundación”, explica la priora. “Nuestros beneficiarios compaginan sus estudios presenciales con los virtuales por lo que los ordenadores nos han venido fenomenal”, puntualiza.

Acompañar a menores y jóvenes en riesgo de vulnerabilidad es también la misión de la Asociación Juvenil Barnabitas que realizan actividades de acompañamiento integral a los niños que son derivados de servicios sociales o de familias que están en situación de pobreza. En la asociación, los menores disfrutan de tres horas al día donde se les ofrece refuerzo académico, participan en actividades socioeducativas y reciben formación en hábitos saludables y de higiene.

La entidad, que ha recibido entre otros materiales pizarras, armarios, impresoras, mesas y radiadores, cuenta con más de cien niños inscritos en sus actividades. “La donación de material nos permite destinar los recursos a otras actividades para poder ofrecer a las familias el máximo apoyo en el proceso educativo de sus hijos”, señala Juan Vizcaíno, responsable de la Asociación Juvenil Barnabitas. 

El ordenador de las oportunidades

Monitores de ordenadores, entre otros materiales, son los que han recibido la Fundación Alentia. Para la entidad, cuyo fin es ayudar a los menores que han atravesado experiencias vitales traumáticas o desfavorables a recuperar su salud emocional, la donación es fundamental ya que “podemos aprovechar esa inversión para otras partidas como son las becas para jóvenes en riesgo, para cubrir el material escolar o el traslado a sus centros de estudio”, explica Marta Alonso, directora de Fundación Alentia.

La institución privada sin ánimo de lucro nació en plena crisis del 2011 con un fin asistencial. El paso del tiempo les hizo darse cuenta de que era necesario desarrollar un acompañamiento educativo y psicológico a los menores, muchos de los cuales están en residencias. Durante la crisis del 2020, en este caso propiciada por la COVID-19, “estos niños estaban confinados siete días a la semana 24 horas por lo que ha sido fundamental apoyarles en sus estudios online y que pudiesen seguir manteniendo el contacto con el exterior”, señala Alonso.

Y si todos los ordenadores tienen una misión, hay uno especialmente importante. Es el que recibirá Ana (seudónimo) y que utilizará en sus estudios de Gestión de Empresas. “Desde la Fundación nos vamos a hacer cargo de sus estudios y le cederemos uno de los ordenadores donados por CaixaBank”, explica la directora de Alentia. “Es una chica que ha tenido una situación familiar complicada, pero que siempre ha destacado, tiene muchas ganas de estudiar, de romper con la tradición familiar de vulnerabilidad y conseguir una vida mejor”, apunta Alonso.

Reducción de residuos

El programa “ReUtilízame” de CaixaBank, que se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, aporta beneficios para todas las partes implicadas. Por un lado, se evitan costes de almacenaje y de destrucción por parte de la empresa del material donado. Por otro lado, contribuye a la sostenibilidad y la reducción de residuos, alargando la vida útil de los artículos donados y, por último, refuerza el compromiso social de numerosas entidades locales sociales centradas en la atención a colectivos desfavorecidos.

“Dado el mundo en el que vivimos, tenemos que comprometernos con las personas y con la sostenibilidad de nuestro planeta”, explica Llum Delàs, presidenta de la Fundación Roure, entidad beneficiaria de “ReUtilízame”. “La segunda vida que le damos a los productos nos ayuda a crear una cadena que contribuye a un mundo más sostenible y que deja a un lado el usar y tirar, una concepción que está muy lejos de la filosofía de nuestra asociación”, matiza.

La Fundación, que nació con el fin de “ser la familia de los que no tenían familia”, explica Delàs, centra su labor en acompañar a las familias y personas a “recuperar la dignidad que tienen, ayudándoles a que se valoren, alcanzando una buena vida y un buen final, sin tener que poner la mano para pedir caridad”, señala la presidenta.

La Fundación, que ha recibido la donación de varios armarios, cuenta con centros de día, programas de ayuda a domicilio, comedores sociales, economato solidario y duchas sociales, entre otras iniciativas y atiende a más de 2.700 personas al día.

“Gracias a dos armarios hemos podido guardar las toallas que cada día entregamos a las personas que usan nuestras duchas sociales. Son duchas para personas sin hogar, con muchas carencias en su vivienda o para personas mayores o con discapacidades físicas que necesitan duchas adaptadas”, aclara Delàs.

Fundación Impulsa Castilla la Mancha sabe muy bien lo que es la capilaridad y es que, tal y como señala su director, Gabriel González Mejías, “nos quitan de las manos los ordenadores”. La entidad ha recibido más de mil pantallas y ha ayudado a CaixaBank a repartir unas 800 que han ido a parar a residencias de mayores, de menores no acompañados, asociaciones formativas, entidades de personas con discapacidad y bibliotecas locales, entre otros.

La Fundación, que está presente en más de 900 municipios, trabaja por hacer frente a la despoblación y la digitalización de muchas localidades de Castilla la Mancha apoyando el patrimonio cultural y a los colectivos sociales. “La donación de ordenadores ha venido muy bien y ha permitido dotar a centros sociales de municipios muy pequeños de una mínima infraestructura tecnológica”, señala González.

Tal y como señala David Martínez, responsable del proyecto “Bibliotecas Solidarias” de la Fundación Impulsa, “las pantallas han permitido mejorar la calidad de la actividad. No es lo mismo una videoconferencia para todos en una pantalla, que cada uno en la suya”. Además, añade Martínez, “muchas veces la donación ha sido la puerta de entrada para poder apoyar a las entidades locales en otros proyectos lo que supone una oportunidad para desarrollar nuevas actividades que contribuyan al crecimiento de las asociaciones”.

 

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