Egipto es un país con un gran peso económico, histórico y cultural, tanto en el mundo árabe como en el conjunto del continente africano, pese a llevar años inmersos en varios desafíos políticos y económicos. Entre los años 2011 y 2013, el pueblo egipcio ha sufrido dos revoluciones, pero, hoy en día, el país tiene la esperanza de recuperar los niveles de vida de la etapa 2009-2010, caracterizada por la bonanza económica, un crecimiento del PIB del 7% y con la llegada de 14 millones de turistas anuales (1).
“El país se enfrenta a importantes desafíos económicos a corto y medio plazo, como la estabilización de la inflación, la lucha contra el crecimiento de la población, la deuda pública y la lucha antiterrorista”
Pero Egipto ya está dando señales de mejora. Presidido por Abdelfatah Al-Sisi desde el año 2014, el país se ha visto inmerso en una serie de megaproyectos que tienen como objetivo relanzar la economía y crear puestos de trabajo. El primero de ellos fue la ampliación del canal de Suez, al que, después, siguieron otros, como la creación de una nueva capital administrativa a 40 kilómetros de El Cairo o la construcción de nuevos aeropuertos y hoteles para atraer a los turistas que dejaron de visitar el país por los atentados terroristas.
Omar Afailal, director de la oficina de representación de CaixaBank en Egipto
“Para sacar adelante su programa de reformas económicas, Egipto se vio obligado a recurrir a préstamos internacionales, como los 12.000 millones de dólares cedidos por el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
Este préstamo ya está dando sus frutos, pero implica una serie de condiciones, como la devaluación de la moneda local, la implantación del IVA o los recortes de los subsidios públicos en combustibles y productos de primera necesidad.
Como resultado de todas estas reformas, desde 2014, el PIB ha crecido anualmente entre un 2,9% y un 4.2% y el país ya se encuentra entre las tres economías más importantes de África (2). El futuro se presenta prometedor, con noticias como el descubrimiento en aguas profundas egipcias del mayor yacimiento de gas del Mediterráneo.
“Egipto es uno de los pocos estados en Oriente Próximo que mantiene buenas relaciones con EEUU, Rusia y China, las principales potencias mundiales”
Con la Unión Europea, el país también tiene una estrecha relación, ya que Europa es su principal socio comercial y su primer inversor (3). Por su parte, España mantiene muy buenas relaciones bilaterales con Egipto, que nos ve como un país próximo a la cultura árabe. En 2017, las ventas españolas al país del Nilo sumaron más de 1.265 millones de euros y las compras alcanzaron los 1.132 millones de euros (4).
La reciente llegada de empresas españolas a sectores como las energías renovables, agricultura, agua y residuos, transporte, turismo e infraestructuras en Egipto han ayudado mucho a mejorar la imagen de la empresa española, aunque todavía hay mucho margen de mejora para alcanzar a países como Alemania, Francia e Italia.
CaixaBank es el único banco español presente en Egipto. Por ello, nuestro equipo conoce muy buen las peculiaridades de este mercado y las diferentes preocupaciones que los clientes pueden tener a la hora de realizar operaciones comerciales o abrir una filial en el país.
(1) https://www.icex.es/icex/es/Navegacion-zona-contacto/revista-el-exportador/mundo/REP2017721615.html
(2) https://datosmacro.expansion.com/pib/egipto
(3) https://www.icex.es/icex/es/Navegacion-zona-contacto/revista-el-exportador/mundo/REP2017721615.html
