4 de Agosto de 2021   |   min de lectura
Castilla-La Mancha GUADALAJARA

Hogares de acogida: cuando la familia la forman decenas de madres, padres y hermanos

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Menores, bajo la supervisión de la Asociación Vasija, realizan actividades de ocio

Menores, bajo la supervisión de la Asociación Vasija, realizan actividades de ocio

Menores, bajo la supervisión de la Asociación Vasija, realizan actividades de ocio

Menores, bajo la supervisión de la Asociación Vasija, realizan actividades de ocio

Vanesa siempre ha ido con una sonrisa por delante. Traviesa y alegre, le encantan los perros.  No atravesó una adolescencia fácil y, aunque no estuvo al lado de sus padres biológicos, tuvo, según señala orgullosa, “una gran familia, con muchos padres, madres y hermanos”.

Como ella, más de 23.000 menores viven en residencias infantiles en España. Menores que, por diversas causas, no pueden vivir en su entorno familiar normalizado y que el sistema español de protección de la infancia acoge en sus instituciones y en hogares como los cinco que regenta la Asociación Vasija de Guadalajara, en Castilla-La Mancha, y que cuentan con el apoyo de CaixaBank a través de su línea de acción social.

Los chicos y las chicas que durante años son acogidos en estos centros, se ven obligados a dejar los espacios tutelados cuando cumplen 18 años lo que supone un gran reto en el camino de la independencia sin apoyos familiares.

Con el fin de lograr la integración social y laboral de la juventud, la Asociación Vasija desarrolla acciones y programas cuyo principal objetivo es aportar calidez, ayuda y resiliencia a los menores que se encuentran en los hogares de acogida, así como facilitarles herramientas formativas y de inserción laboral para facilitarles su incorporación a la sociedad.

“Trabajamos en la zona de Guadalajara, una ciudad que les apoya y les da oportunidades laborales cuando van siendo mayores”, explica Maiti Sánchez, presidenta de la Asociación Vasija.

“Actualmente tenemos tres hogares de acogida en Guadalajara donde atendemos a los menores”, explica Raúl Rodríguez, gerente de la Asociación Vasija, “pero, hace ya tiempo, nos dimos cuenta de que los mayores, una vez que cumplen los 18 años, también necesitan ser acompañados y son precisamente los que necesitan más recursos”, apunta.

Vanesa es un ejemplo de ese acompañamiento. De adolescente formó parte de los hogares de acogida y, una vez cumplió los 18 años, pasó a un piso de autonomía donde estudiaba y buscaba trabajo. “Los educadores con los que he compartido prácticamente toda mi juventud me han ayudado a salir adelante porque es muy difícil ser joven e ir a un sitio sin tener el apoyo de tus padres”, explica Vanesa quien ha compartido en el Café Solidario organizado por CaixaBank su experiencia en los hogares de la Asociación Vasija. “Para mí, la asociación es una gran familia”, apunta.

Los planes de futuro de Vanesa pasan por seguir formándose en el área de atención a las personas mayores y mientras, en el presente, regenta las cocinas de El campamento juvenil Condemios, un proyecto de Vasija que consiste en la gestión de un alojamiento rural y supone una oportunidad de integración social y de creación de empleo entre los jóvenes con especiales dificultades de inserción y en riesgo de exclusión social.

Desde su posición adulta y en cocinas, Vanesa se identifica con los adolescentes que acuden al campamento y no puede evitar ejercer también como educadora. “Los veo y me siento reflejada porque he pasado por lo mismo que ellos están pasando. Les cuento mi experiencia y les intento ayudar porque por el camino que están atravesando, yo ya he pasado”, señala Vanesa.

Durante los más de 20 años de trayectoria de la asociación, son miles los chicos y chicas que han sido atendidos por Vasija. “La principal motivación es verlos crecer, desarrollarse, formarse e insertarse en la sociedad”, explica Raúl. “Nuestra principal alegría es ver su éxito e ir por Guadalajara y darnos cuenta de que se han colocado en la panadería, la churrería, el taller…”, matiza.

Un éxito que los jóvenes, a pesar de llevar años independizados de la organización, no dudan en compartir con los formadores y educadores que durante los principales años de su vida les dieron apoyo y acuden a la asociación junto a sus parejas, hijos o para compartir sus logros.

“Acompañamos a los chicos y chicas cuando llegan a nuestros hogares, les ayudamos a sanar sus heridas lo antes posible, les arropamos y trabajamos con ellos para intentar construir un futuro donde, gracias a la formación y el trabajo, desarrollen sus capacidades como adultos maduros”, señala orgulloso el gerente de la asociación Vasija.

Un proyecto, el de la Asociación Vasija, de primeras oportunidades, las que llegan en las etapas más tempranas de la niñez y que marcan la adolescencia.

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