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Participantes en el taller de inclusión laboral de la asociación Aredis
Participantes en el taller de inclusión laboral de la asociación Aredis
La comarca del Bajo Tiétar, al sur de la Sierra de Gredos, es una de las más reconocidas de España para hacer turismo rural. Segundas residencias y casas rurales comparten espacio entre amplias zonas verdes que hay que cuidar y mantener para que puedan lucir con esplendor en temporada alta.
Pero muchas veces no hay personal suficiente para realizar estos trabajos. Y es aquí donde la Asociación para la Integración de Personas con Capacidades Diferentes Bajo Tiétar (Aredis) vio una oportunidad.
En 2018, esta asociación lanzó el proyecto ‘El Vergel de Gredos’, una acción “semilla” para formar a personas con discapacidad en el campo de la jardinería y la horticultura. Esta iniciativa derivó en la creación de un Centro Especial de Empleo (CEE) en el que se impulsa la integración sociolaboral de personas con discapacidad en el mercado ordinario de trabajo.
El objetivo final es que los asistentes encuentren un empleo remunerado y adaptado a sus características que les permita tener “un proyecto de vida estable, independiente y autosuficiente”.
“Es un yacimiento de empleo verde, sostenible y legalmente reconocido para un colectivo que carece de oportunidades laborales y, en muchos casos, de la protección adecuada”, apunta Manuel Vaíllo, uno de los responsables del programa de viverismo y jardinería.
El programa fue concebido a partir de la experiencia en un vivero forestal y en labores de mantenimiento de zonas verdes. “La propia interacción con seres vivos (la cría, cultivo y tratamiento de plantas) en un entorno natural aporta enormes beneficios a este colectivo”, sostiene Vaíllo.
Entre ellos, constituye una terapia alternativa para mejorar los problemas psicológicos y sociales de los usuarios, gracias a sus grandes posibilidades en materia de gestión emocional (observación, estimulación sensitiva, memoria y concentración, relaciones y trabajo en equipo, etc.).
En la actualidad, el CEE de Aredis cuenta con una plantilla de cuatro trabajadores con discapacidad, junto a un encargado responsable de los aspectos organizativos, a los que se suman hasta seis personas en proceso de formación. Asimismo, el centro dispone de personal técnico especializado en psicopedagogía y trabajo social. A futuro, la ONG baraja “un aumento de la plantilla contratada y la mejora de sus condiciones”.
La asociación ha resultado beneficiaria este año en la cuarta edición de la convocatoria de proyectos de acción social puesta en marcha de manera conjunta por CaixaBank y la Fundación Ávila.
Un proyecto con futuro
Desde que iniciara su andadura, la suerte ha acompañado a este proyecto. En el mes de febrero firmaron un contrato de cuatro años con el Consistorio de Arenas de San Pedro para el mantenimiento de sus jardines, parques y arbolado y a estas alturas del año ya han dado salida al stock de planta ornamental a través de los ayuntamientos y de la mancomunidad de municipios de la comarca.
A corto plazo, Aredis confía en finalizar la “temporada alta” con buena nota, “renovar al alza los contratos anuales con los clientes –públicos y privados- y continuar con la producción en el invernadero”, que pretenden apuntalar con la construcción de otro complejo más a lo largo del año.
Además, la crisis del coronavirus apenas ha tenido incidencia en el desarrollo de un sector, el de la jardinería y flor ornamental, que se encuentra en pleno apogeo.
“Hemos salvado las dificultades sobrevenidas. Los trabajadores han cesado sus actividades tan solo durante una semana, se ha evitado el ERTE e incluso en mayo y junio, los meses de mayor carga, se ha aumentado la plantilla a seis empleados”, explica Vaíllo. Todo un éxito.