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La lectura sensorial incorpora estímulos como texturas, volúmenes o sonidos en los libros.
La lectura sensorial incorpora estímulos como texturas, volúmenes o sonidos en los libros.
En una sala de cualquier biblioteca de Madrid, un grupo de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) hojea libros que no solo se leen con los ojos, sino también con las manos, los oídos y hasta con la nariz. Son libros sensoriales, una herramienta cada vez más utilizada para acercar la lectura a quienes procesan el mundo de forma diferente.
La lectura sensorial es una metodología que incorpora estímulos táctiles, visuales, auditivos e incluso olfativos para facilitar la comprensión y el disfrute de los libros. En lugar de limitarse a palabras impresas, incluyen texturas, volúmenes, sonidos, e incluso aromas y elementos interactivos que permiten una experiencia multisensorial.
Los libros sensoriales pueden ser tan simples como una historia ilustrada con telas de diferentes texturas, o tan sofisticados como dispositivos electrónicos que reproducen sonidos ambientales, vibraciones o aromas. Algunos están diseñados específicamente para trabajar emociones, rutinas o habilidades sociales, temas clave en la intervención con personas con TEA.
Para las personas con TEA, que a menudo presentan dificultades en la comunicación verbal y en la interpretación de símbolos abstractos, este enfoque puede marcar la diferencia. “Los niños y niñas aprenden mediante el juego, por eso utilizamos materiales que lo permitan y fomenten. Esto da más información sobre el propio cuento y facilita la interacción y la comprensión de la historia”, cuenta Paula Gimeno, docente y psicomotricista en la Asociación Argadini, donde llevan años trabajando con lectura sensorial como parte de sus talleres de arte y literatura para personas con discapacidad intelectual y TEA.
Voces desde la experiencia
Los beneficios de la lectura sensorial van más allá del placer de leer. Los niños con autismo que reciben intervenciones multisensoriales antes de los tres años muestran mejoras significativas en habilidades cognitivas y adaptativas, según un informe de la Universidad de California-Davis.
Además, la lectura sensorial fomenta la interacción social cuando se realiza en grupo, y puede ser una herramienta terapéutica en contextos educativos y clínicos.
Cuando un niño toca la textura rugosa de un árbol en un libro y escucha el sonido del viento al pasar sus páginas, está construyendo una conexión emocional con la historia. Eso facilita la retención de información y el desarrollo del lenguaje. Un estudio publicado en ScienceDaily sugiere que los enfoques multisensoriales, como la lectura sensorial, pueden mejorar la comprensión lectora hasta en un 40% en niños con dificultades del lenguaje.
“Trabajamos el cuento durante un largo periodo de tiempo para que los niños vayan afianzando los personajes, cómo se sienten, lo que sucede, los lugares… Además, los materiales utilizados, el escenario y la estética en la que vamos a trabajar es clave”, añade Paula Gimeno.
Precisamente, los materiales deben cumplir algunas características para ser efectivos. Según explica Andrea Sanz Sáez, educadora artística de Argadini, “el material tiene que estar diseñado específicamente para el objetivo que se quiere alcanzar con esa actividad. Por ejemplo, los materiales para los cuentos son idóneos ya que lo que queremos es que distingan a los personajes o a los elementos de la propia historia. En concreto, los materiales creados por los voluntarios de CaixaBank -que colaboran asiduamente con la asociación- permiten transformar el aula en el propio cuento”.
Una demostración en el corazón de Madrid
En la gran cita con la literatura que estos días impregna Madrid, la Asociación Argadini estará presente para demostrar cómo la literatura puede ser un puente hacia la inclusión. Lo hará de la mano de CaixaBank, patrocinador oficial de la Feria del Libro de Madrid, que ha creado un espacio para que, entre el 10 y el 15 de junio, distintas entidades sociales puedan explicar sus proyectos y realizar actividades y talleres.
Así, durante los días 13 y 14 de junio, Argadini ocupará el Espacio Social CaixaBank y celebrará una serie de actividades que combinan arte, lectura y diversidad, con especial atención a las personas con discapacidad intelectual y Trastorno del Espectro Autista (TEA).
Uno de los momentos más esperados será el taller de creación de álbum ilustrado a cargo del artista Iván Harón, que tendrá lugar el sábado 14 a las 17:00 horas en el Pabellón CaixaBank. Dirigido a jóvenes con y sin discapacidad, el taller propone explorar las posibilidades narrativas de la estampación como técnica artística. Cada participante podrá crear su propio universo visual, dar vida a sus personajes y contar su historia desde lo sensorial.
Ambos días contarán con la participación del voluntariado de CaixaBank, que colaborará en la atención al público y el acompañamiento de los participantes. Su implicación refuerza el compromiso social de la entidad y demuestra que la inclusión es una tarea de todos.
Un futuro más inclusivo
La prevalencia del autismo ha aumentado de forma significativa en las últimas décadas. En España, según el informe más reciente del Ministerio de Educación y Formación Profesional correspondiente al curso 2022-2023, el 0,94% del alumnado no universitario en régimen general está diagnosticado con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).
Esto equivale a 78.063 estudiantes, de los cuales el 82,24% son niños y el 17,76% niñas, de lo que se deduce que, muy probablemente, en el caso de las niñas exista un déficit en el diagnóstico y que esta cifra podría elevarse de corregirse esta brecha.
La lectura sensorial no es solo una herramienta educativa, sino una declaración de principios: todos tienen derecho a acceder a la cultura, a su manera y a su ritmo. En palabras de Sonia Garrido: “Mi hijo no hablaba, pero cuando le dimos su primer libro sensorial, sonrió. Fue la primera vez que lo vi disfrutar de una historia”.
En un mundo que a menudo exige que las personas con autismo se adapten a sus normas, la lectura sensorial propone lo contrario: adaptar el mundo para que todos puedan comprenderlo.
Descubre la actividad de CaixaBank en la Feria del Libro de Madrid
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