Nota de prensa

Olimpiadas para Mayores de Tomelloso: cuando el deporte no tiene edad

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Olimpiadas para Mayores de Tomelloso: cuando el deporte no tiene edad

“Ya no estamos para los 100 metros lisos ni para el salto de obstáculos, pero está muy bien que nos tengan en cuenta para estas actividades”. Estas palabras pertenecen a Leopoldo Martínez (72 años), responsable del grupo de mayores procedentes del centro de Mota del Cuervo, uno de los pueblos participantes en la Olimpiada Deportiva de Personas Mayores celebradas en Tomelloso. 

Y es que, con los años, el pelo se tiñe de canas y las arrugas aparecen en el rostro, pero si hay algo que permanece intacto son las ganas de pasarlo bien. Así lo demostraron las cerca de 500 personas mayores de 65 años que se dieron cita en la ciudad manchega que, por un día, se convirtió en sede olímpica albergando la Olimpiada Deportiva de Personas Mayores. 

Bajo el lema “Llenos de vida”, se desarrolló una jornada cargada de actividad, compañerismo e ilusión, en cuya organización colaboraron el ayuntamiento de la localidad, La Diputación de Ciudad Real y la Junta de Comunidades. Así, con la práctica de actividades como el aerobic, el taichi, el atletismo o la petanca, la iniciativa, impulsada por CaixaBank a través de su Acción Social, consiguió fomentar el envejecimiento activo y el encuentro de varias generaciones. 

Ganas de juntarse 

Tras recrear la ceremonia de inicio de los Juegos Olímpicos y el encendido de la antorcha, los mayores tuvieron la gran ocasión de compartir tiempo y aficiones con el resto de los participantes. “Después de año y medio de pandemia, con lo que me quedo es con la convivencia. Echábamos en falta pasar tiempo con otras personas”, reconoce María Rosa Puebla, presidenta de la asociación de jubilados y pensionistas de La Bargueña de Bargas

A sus 73 años, Puebla señala que había muchas ganas de estar con los compañeros y los amigos de los municipios vecinos, de moverse y de disfrutar con aquello que les gusta. En el caso de Puebla, su verdadera afición es la petanca. Empezó a jugar hace unos tres o cuatro años y desde entonces participa en la competición que organiza su asociación una vez al año.

También se dieron cita en Tomelloso usuarios de centros de mayores de La Solana, Mota del Cuervo, Munera, Quintanar de la Orden y Pedro Muñoz. 

En representación de este último municipio acudieron 21 personas del centro de día de mayores. Su directora, Lorena Sánchez, asegura haber vivido una jornada maravillosa. “Se fomentó el disfrute con el ejercicio físico, el conocer otras disciplinas, el compañerismo y la amistad, dos valores que el deporte lleva intrínseco”. Y es que compartir actividades, risas y juegos hizo que la jornada se caracterizase por el buen ambiente y la alegría entre los mayores. 

De entre todas las actividades desarrolladas durante la jornada, Sánchez destaca los hinchables y los juegos acuáticos. “Los mayores que vinieron de municipios donde no hay piscina disfrutaron mucho de la natación, al igual que de los hinchables. Cuando piensas en ellos te viene a la cabeza esas atracciones para niños, pero en esta ocasión los juegos estaban muy bien adaptados a nuestras necesidades”, explica la participante. 

“La organización ha estado muy bien. La presencia de los voluntarios nos ha facilitado las cosas. Nos han ayudado, por ejemplo, cuando surgía algún problema o cuando alguno de los mayores se desubicaba”, señala Leopoldo Martínez. “Había ganas de salir, de cambiar impresiones, de hacer cosas fuera del pueblo y, sobre todo, de intentar divertirnos”, puntualiza Gabriel Carrascosa que, a sus 68 años no dudó en disfrutar de las Olimpiadas. “Nosotros también organizamos actividades en el centro, pero hacía mucho tiempo que no participábamos en un evento con tantas personas”, señala el vocal de juegos del consejo del centro de mayores de La Solana. 

“A nuestras edades empiezan a aparecer los dolores y el ejercicio nos ayuda mucho a tener una mejor vejez”, afirma Carrascosa. De lo vivido en la Olimpiada, se queda con la camaradería por la que se caracterizó la jornada. “Recuerdo que uno de los grupos de petanca no superaba los tres miembros, por lo que decidimos dividirnos, ya que nosotros éramos 10, y formar equipo con ellos”.

Apoyo de los voluntarios 

Todos ellos acumulan años de experiencia, sabiduría y recuerdos, pero también muchísima energía e ilusión. Les sobran ganas por seguir aprendiendo, por seguir haciendo cosas nuevas. Sin duda, una gran lección de vida para los cerca de 70 voluntarios de CaixaBank que, llegados de toda la región, formaron parte de la organización de la Olimpiada. 

Marisol Verdugo, profesional de CaixaBank, fue una de las voluntarias que llegó a la Ciudad Deportiva de Tomelloso, y lo hizo acompañada de su hijo pequeño de cinco años. “Me pareció que se trataba de una buena oportunidad para enseñar a mi hijo esos valores que encontramos habitualmente en el deporte”. 

Aunque ya había participado como voluntaria en algunas acciones locales, esta era la primera vez que tomaba parte en una actividad de mayor envergadura. “La ciudad deportiva es muy grande. Nuestro cometido consistía en acompañar a los mayores de una actividad a otra y en ayudarles en lo que necesitasen”, aclara Verdugo. “Por ejemplo, si alguno necesitaba una silla, nosotros se la acercábamos o si uno de ellos iba más lento, reducíamos el paso para ir a su lado”, matiza. 

Verdugo tuvo la oportunidad de compartir un tiempo muy valioso con los mayores olímpicos y reconoce que estaban felices y contentos. “Son personas superactivas. Agradecen que se celebren este tipo de eventos. De hecho, querían más. A muchos se les hizo muy corto”, apunta entre risas. “Estas actividades los saca de sus rutinas”.

 

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