Nota de prensa

El vehículo solidario que ofrece oportunidades a personas vulnerables

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El vehículo solidario que ofrece oportunidades a personas vulnerables

Una furgoneta. Tan sencillo como eso. Cuatro ruedas y nueve plazas que cambian el día a día de personas en situación de vulnerabilidad y que permiten a Jesús acercar a los menores desde su hogar de acogida a la escuela; a Macarena, estar al lado de mujeres víctimas de trata y a Elisa, participar en actividades de ocio inclusivo.

Unos trayectos, en muchos casos, de apenas unos kilómetros y, en otros, de unos cientos, pero que impactan muy positivamente en la vida de las asociaciones gracias a Fórmula Solidaria, una iniciativa de CaixaBank y de CaixaBank Payments & Consumer para canalizar el apoyo económico de la Fundación “la Caixa” y de empresas o particulares sensibles ante las dificultades de los más vulnerables.

La modalidad Movilidad Solidaria permite apoyar a ONG locales con la donación de vehículos sostenibles o adaptados, respaldando a aquellas asociaciones que necesitan renovar sus equipos de movilidad y poder llevar a cabo actividades en beneficio de las personas y los colectivos en situación de vulnerabilidad a los que atienden. 

Es el caso de la Asociación El Patiu en Posada de Llanes, Asturias. El objetivo de la entidad es favorecer la puesta en marcha de programas sociales destinados a erradicar la pobreza y la exclusión social en general y de menores en particular, fomentando las relaciones interpersonales dentro del marco asociativo y comunitario.

Disponer de un vehículo propio de transporte con nueve plazas ha permitido a la asociación, que interviene en las zonas rurales de Posadas, Llanes y Colombres, trasladar diariamente a menores derivados por los Servicios Sociales, Municipales y la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias, a los programas de prevención y protección de menores.

“En solo dos meses hemos hecho más de 6.000 kilómetros y trasladado a 130 chicos y chicas a sus centros de enseñanza”, señala orgulloso Jesús García, coordinación de El Patiu. “Las familias están muy agradecidas y valoran muy positivamente que se les apoye en algunos ámbitos para que ellas puedan recuperarse en otros”, aclara el responsable.

Y es que el vehículo que traslada a los jóvenes no solo impacta en la movilidad, sino que “permite a los menores sociabilizar en los trayectos, a los profesionales llevar a cabo intervenciones durante los traslados y a las familias dedicar ese tiempo a la búsqueda de un empleo, por ejemplo”, señala García, “hay un gran beneficio para todas las partes”, matiza. 

Para la Comunidad Agustiniana del Amor de Cristo, en Huelva, tener un vehículo propio les facilita el traslado de las 67 familias, los 56 menores en riesgo de exclusión y las 40 mujeres víctimas de trata a las que atienden. “A veces nos montamos en la furgoneta y no nos lo creemos. Aunque parezca una tontería es algo fuera de serie para las Hermanas. Ha sido más que un regalo”, explica Macarena Orozco, presidenta de la Comunidad Agustiniana.

Además de poder trasladar a los beneficiarios, las Hermanas utilizan el vehículo para el reparto de enseres, meriendas diarias o de los 1.000 kilos de alimentos que entregan a las familias en situación de vulnerabilidad. “Al no tener un vehículo apropiado nos veíamos con muchas dificultades y no llegábamos a todas las familias que queríamos”, señala Orozco. “Somos una comunidad pequeña y el alquiler de un vehículo nos suponía una inversión que no podíamos hacer”, aclara.  

Oportunidades de inmersión real

En el caso de la Fundación Síndrome de Down Cantabria, la institución que trabaja por la promoción y realización de actividades que mejoren las condiciones de vida de las personas con síndrome de Down en la Región Autónoma de Cantabria, “la necesidad de un vehículo era grande, pero el desembolso también y siempre surgían otras necesidades”, señala Elisa Irureta, presidenta del Patronato. “Estamos muy agradecidos porque esta donación nos permite desarrollar actividades que promueven una inclusión real de nuestros beneficiaros en la sociedad”, aclara.

Visitas a exposiciones, reuniones con amigos, tardes en el centro comercial, visitas a playas o charlas de sensibilización en colegios son solo algunas de las actividades a las que la Fundación ha destinado el vehículo solidario. “Promovemos la participación de los jóvenes en las máximas actividades posibles porque eso les ayuda a relacionarse y, a la sociedad, a conocernos”, explica Irureta.

En el primer semestre del año, más de 3.200 personas en situación de vulnerabilidad se han podido desplazar gracias a la iniciativa Movilidad Solidaria que conjuga la solidaridad de empresas y particulares especializados en el sector de la automoción y que aportan descuentos y/o donaciones con la finalidad de dotar a las entidades sociales de vehículos sostenibles.

 

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