Isa Sánchez se retiró en el año 2013 siendo una de las jugadoras de referencia del baloncesto femenino español. En la actualidad es integrante del cuerpo técnico de la mejor selección española femenina de la historia, como atesoran los éxitos cosechados. Aprovechando su visita al circuito Plaza 3x3 CaixaBank en Jerez hemos podido conversar con ella sobre el buen momento del baloncesto en España.
Buenos días Isa y felicidades por el oro cosechado en el Eurobasket 2017. ¿Cuál ha sido la clave del éxito para conquistar el campeonato?
No hay una sola clave, sino que son varios los aspectos que influyen en un campeonato como éste. En primer lugar tenemos un equipo de un grandísimo talento, luego un trabajo enorme detrás, tanto de las jugadoras como de entrenadores, clubes, instituciones,... y luego es que estamos hablando de unas jugadoras con un enorme compromiso y que disfrutan cada verano conviviendo y compitiendo. Disfrutan jugando y eso también se nota en el resultado.
En los últimos cuatro años la selección femenina ha conseguido el oro en el Eurobasket 2013, el subcampeonato del mundo en 2014, la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Rio 2016, bronce en el Eurobasket 2015 y nuevamente el oro en el reciente Eurobasket 2017. ¿Cómo se explica esta consecución de títulos del baloncesto femenino?
Es muy difícil estar tanto tiempo en lo más alto del baloncesto mundial y motivarse en un nuevo reto después de haber tenido éxito en el anterior. Es lo que llamamos el ganar después de ganar y sólo se puede conseguir con un grupo con mucha ambición para seguir teniendo hambre de triunfos; y con mucha humildad para respetar a todos los rivales año a año. Estamos hablando de unas jugadoras con un enorme talento pero que respetan a todos los equipos contrarios, algo fundamental para poder seguir luchando por las medallas cada verano. También es cierto que en el deporte siempre hay que tener su gotita de suerte, o por lo menos, evitar la mala suerte que te puede provocar algún disgusto.
¿Ha cambiado alguna cosa en España para que el baloncesto femenino se haya posicionado como una referencia mundial?
El deporte femenino español está ahora mismo en un gran momento, pero no venimos de la nada. Hay que echar la vista atrás para ver todas las deportistas que han ido abriendo camino. En el baloncesto nos hemos encontrado con unas jugadoras de grandísimo talento y muy competitivas, pero España llevaba años consiguiendo éxitos con medallas en Europeos, la plata de Italia 2007 o el bronce del Mundial 2010. Es cierto que éramos un grupo de jugadoras de carácter pero nos faltaba altura para luchar contra los equipos como Rusia, que dominaba estos campeonatos. Ahora se ha dado un salto de calidad, un gran salto de calidad, pero dentro de una evolución progresiva.
En su opinión, ¿Qué ha variado en el baloncesto mundial, y en particular en el baloncesto español, de cuando era jugadora a su actual responsabilidad como miembro del cuerpo técnico de la selección?
Me retiré en el 2013, no hace tanto tiempo, pero es cierto que año a año hay avances tecnológicos en temas relacionados con el aspecto físico. Cuando veo los entrenamientos de ahora y el control biomédico que se tiene de las jugadoras, sí que noto que existe diferencias con mi época de jugadora.
¿Cree que España ha puesto una base sólida para mantener este dominio durante muchos años?
Hay una base sólida y hay un buen futuro detrás. Se ve en los éxitos de las selecciones de formación y en jugadoras jóvenes que van despuntando en nuestras categorías. Poco a poco van entrando jugadoras nuevas en el equipo, e intentaremos ir haciendo una transición ordenada para que esta época dure muchos años.
¿Qué relación tiene la apuesta de patrocinadores, como CaixaBank, en el auge del deporte femenino?
Es importantísimo el apoyo de patrocinadores y en particular en el caso de CaixaBank. Es cierto que el deporte femenino tiene algunas dificultades y barreras añadidas. Por eso, siempre que hay empresas que no establecen esa diferencia entre masculino y femenino es un paso ganado. En España se está demostrando que el talento está ahí, y que no tiene género. Sólo hay que sacarlo a relucir.
