Entrevista

Entrevista Almudena de Cara, ganadora del premio Cátedra AgroBank al mejor trabajo Final de Máster

icon_font_reducir
icon_font_aumentar
icon_email
Archivos adjuntos
Almudena de Cara, ganadora del premio al mejor trabajo final de máster de la Cátedra AgroBank

Almudena de Cara Molina es la primera ganadora del ‘I Premio Cátedra AgroBank al mejor Trabajo Final de Master-La Ciencia en femenino’, una iniciativa de CaixaBank junto a la Universidad de Lleida cuyo objetivo es dar visibilidad a las mujeres científicas y fomentar la equidad e igualdad de género en las ciencias.

Almudena de Cara Molina ha sido galardonada por su TFM sobre ‘Estudio comparativo del uso de oleuropeína vs. vitamina E + selenio como antioxidante natural en la dieta de cerdos blancos’, tras realizar el ‘Máster en producción y salud animal’ en la Universidad Complutense de Madrid- Universidad Politécnica de Madrid.


¿Qué representa para ti haber recibido el ‘I Premio Cátedra AgroBank al mejor Trabajo Final de Master-La Ciencia en femenino’?
 

Es una gran satisfacción este reconocimiento al estudio y al trabajo. Quedar entre las seis seleccionadas de 61 ya me parecía muy difícil y fue una alegría, pero ganar finalmente el premio, máxime a la vista de lo interesantes que me parecían los otros trabajos seleccionados, parecía imposible.      

¿En qué consiste tu Trabajo de Final de Máster? 

Se ha evaluado la posibilidad de utilizar la oleuropeína, un compuesto bioactivo que se encuentra en la hoja de olivo, como antioxidante natural en la dieta de cerdo blanco. 

Para ello, se formaron cuatro grupos de cerdos alimentados con diferentes dietas: la primera dieta fue la control sin suplementación adicional sobre el complejo vitamínico-mineral base, la segunda estaba suplementada con vitamina E y selenio, la tercera con extracto de olivo rico en oleuropeína y, por último, la cuarta enriquecida con vitamina E, selenio y el extracto rico en oleuropeína. Los animales fueron alimentados con estos cuatro tratamientos diferentes durante cinco semanas de ensayo, aproximadamente desde los 60 hasta los 121 kg. Al finalizar su ciclo productivo, se evaluaron parámetros bioquímicos y concentración de antioxidantes en la sangre en vivo, así como parámetros relativos a la calidad de la carne como producto. 

En conclusión, se observa que la oleuropeína presenta un marcado efecto hipoglucemiante, mejora el estatus oxidativo del animal y, además, aumenta la resistencia a la oxidación de la carne con el tiempo de almacenamiento. 

¿Cómo surgió la idea? 

En realidad, este trabajo lo he realizado gracias a la Dra. Ana Isabel Rey Muñoz, del Departamento de Producción animal de la Facultad de Veterinaria de la UCM. Ella me ofreció varias posibilidades dentro de las diversas líneas de investigación que están realizando y me atrajo la idea de relacionar dos sectores tan importantes como son los del olivar y el porcino, especialmente después de haber realizado un máster de Producción y Sanidad animal impartido por la Escuela de Agrónomos y la Facultad de Veterinaria.   

¿Qué aporta a la sociedad y al sector? 

El uso de la oleuropeína permite reducir el empleo de antioxidantes sintéticos, que son de gran controversia social. Esto conlleva una mejora en la calidad de la carne fresca, favoreciendo su conservación y prolongando su vida útil. 

¿Crees que estos premios son necesarios para dar voz a las mujeres en el sector científico? 

Sí. La verdad es que en el mundo de la ciencia la mujer no se puede decir que esté plenamente integrada. Aunque por lo que he visto, y comparando con lo que era hace años, la situación ha mejorado mucho, pero aún es necesario el apoyo a las mujeres en este terreno. Los seis trabajos que han llegado a la selección final del premio tratan temas muy interesantes, lo que muestra que el apoyo a las mujeres no caerá en barbecho.   

¿Y en el sector agrícola? 

También, con mayor motivo. En el campo las diferencias son mayores que en la ciudad y en la actividad agraria más que en la científica. Creo que si una veterinaria o una ingeniera tienen dificultades para desarrollar su profesión, máxime si la tiene que compatibilizar con responsabilidades familiares y tareas domésticas, en el caso de una ganadera o agricultora éstas son mucho mayores. 

¿De qué te sientes más orgullosa a lo largo de tu carrera? 

Seguramente, de haber conseguido la nota de corte para entrar en veterinaria, que era alta, acabar la carrera y poder realizar un trabajo de investigación, ya que desde muy pequeña siempre me han gustado los animales y el campo. 

¿Con qué barreras te has encontrado a lo largo de estos años? 

La realidad es que la mayor barrera que he tenido ha sido siempre la dificultad de los estudios. En el ámbito científico, ninguna dificultad especial, salvo la exigencia de estar en un departamento prestigioso. Respecto a mi experiencia en el mundo rural con los profesionales del campo, todo bien, aunque a veces se me hacía raro ir a un bar de un pequeño pueblo en una comarca poco habitada y ser la única mujer.

¿Cuáles son los siguientes pasos que vas a dar? 

Actualmente, tengo una beca concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación para realizar un Doctorado Industrial. Por lo que, a tres o cuatro años vista, continuaré en el mundo de la investigación realizando una tesis doctoral relacionada con la nutrición animal y calidad alimentaria. 

¿Qué le dirías a otras chicas que quieren iniciar sus estudios en el ámbito de la ciencia? 

La ciencia es dura en muchos sentidos, requiere mucho esfuerzo, pero es muy gratificante. Desarrollar una idea o responder una pregunta es apasionante y da mucha satisfacción cuando hay resultados. Hace años había muy pocas mujeres científicas, pero ahora cada vez hay más. Precisamente, en la facultad de veterinaria las chicas han pasado de ser minoría a casi mayoría. Las veterinarias profesionales del mundo rural quizás sí tienen más dificultades por ser mujeres, pero a nivel científico se está consiguiendo una igualdad de oportunidades.   

¿Qué vas a hacer con el galardón que has conseguido del ‘I Premio Cátedra AgroBank al mejor Trabajo Final de Master-La Ciencia en femenino’? 

Bueno, lo primero será colocar la placa conmemorativa del premio en un lugar importante de la casa. En cuanto al dinero recibido, de entrada, lo guardaré pero también me daré el capricho de salir algún puente o fin de semana a un pueblo bonito, en un entorno de un espacio natural, para disfrutar del paisaje y la gastronomía.  Además, siempre se aprende algo del mundo agrario en estas escapadas.  

 

 

NOTICIAS RELACIONADAS