Nota de prensa

El compromiso del voluntariado con el cuidado del medioambiente

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Participantes de la batida de recogida de residuos en Toledo.

José Luis fue con sus dos hijos de ocho y cinco años; Gemma con su marido y su hijo de nueve años; Juan Carlos con sus hijas de 17 y 24 años, y Verónica con su marido e hijos de seis y siete años. Ellos son solo algunos de los más de 200 profesionales de CaixaBank que han participado en las jornadas de voluntariado medioambiental para la recogida de residuos de la naturaleza. Bajo el nombre “Proyecto R4: Reto Recoge, Recicla y Respira”, estas jornadas tienen como objetivo impulsar el reciclaje selectivo y el cuidado del entorno.

Un proyecto, el de R4, que compagina no solo el compromiso, la sensibilidad ambiental y el cuidado del medioambiente, sino que también tiene un impacto muy positivo en la sociedad.

“A mis hijos les han instruido mucho en el colegio sobre la economía circular, el reciclaje y el problema con los plásticos”, explica José Luis Rodríguez, “pero no lo es lo mismo estudiarlo, que practicarlo y cuando llenamos bolsas con residuos, ellos se sienten felices y me dicen que así el planeta no se pone malito”. “Es muy gratificante realizar este tipo de actividades con ellos y verlos que se están convirtiendo en personas comprometidas con el cuidado del medioambiente”, aclara el voluntario.

 

La misma experiencia tiene Gemma María Gandara quien participó, junto con su marido e hijo, en la recogida de residuos que se hizo en Cantabria. La voluntaria, que ha colaborado en actividades de voluntariado en hospitales, en bancos de alimentos y dando apoyo escolar a menores en situación de vulnerabilidad, señala que lo más importante para ella es realizar las actividades en familia. “La parte didáctica que reciben los niños es fundamental. Aunque en el colegio tienen mucha información, es muy bonito realizar estas actividades en familia, reforzando con el ejemplo mensajes como llevar una vida saludable, el cuidado del medioambiente y el reciclaje”.

Jornadas por toda España

Desde junio a septiembre, más de 700 personas han participado en el Proyecto R4 llevando a cabo batidas individuales y en grupo, acompañados de familiares y amigos. En total, se han recogido 5.793 kilos de residuos en 200 zonas de España y se ha gestionado su posterior reciclaje selectivo.

A estas batidas, organizadas por personas voluntarias de CaixaBank, se han sumado entidades locales como es el caso de APANAS Toledo.

El objetivo de la asociación es el de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo, y sus familias.

La entidad dispone de numerosos recursos como el Centro de Día “Condesa de Rocamartí” para personas mayores con grandes necesidades de apoyo. Un total de ocho personas de esta residencia participaron en la jornada de voluntariado medioambiental R4. “Todas fueron muy motivadas e ilusionadas a la actividad porque es un momento en el que desconectan de su día a día, comparten su tiempo e inquietudes con otras personas y, además, colaboran en un buen propósito como es el cuidado del medioambiente”, señala Alba López, coordinadora de Ocio y Deporte de APANAS Toledo.

Verónica de la Llave, profesional de CaixaBank y voluntaria, quien participó en la recogida organizada en Toledo junto a su marido y dos hijos, matiza que para ella fue un “evento ideal porque realizas actividades de cuidado y conservación del medioambiente y convives con personas con necesidades especiales”. “Es un gran aprendizaje para uno mismo y para mis hijos”, explica De la Llave. “Es fundamental que se comprometan con el entorno y además que sean conscientes de que hay otras realidades diferentes a las suyas”, aclara.

Es el caso de la jornada de recogida de residuos organizada en Sevilla ‘Nos movemos por el Medio Ambiente’. En la batida, además de Rocío Rebollo y Juan Carlos Espinosa, empleados y voluntarios de CaixaBank, participó la Fundación Don Bosco que trabaja por la promoción y pleno desarrollo de la infancia, la adolescencia y la juventud en situación de desigualdad social.

Un total de seis jóvenes extutelados a los que la Fundación hace un seguimiento global, participaron en la actividad medioambiental. “Concretamente estos chicos estaban muy concienciados con el cuidado del entorno ya que algunos habían tenido experiencias como jardineros, en huertos o en agricultura”, explica José Segura, técnico de empleo de Fundación Don Bosco. “Para nosotros es fundamental que estas personas puedan participar en actividades de la ciudadanía de una forma positiva y mediante la integración real”, aclara el responsable.

Precisamente ese es uno de los puntos clave para Rocío Rebollo. La voluntaria destaca que “las actividades medioambientales son transversales y se mezclan con lo social”. “En estas jornadas compartes tiempo con compañeros y con otras asociaciones”, señala.

La batida, que se llevó a cabo en un tramo de uno de los márgenes del río Guadalquivir, fue muy reveladora para Rebollo. “Donde aparentemente no había basura, sacamos 17 bolsas”, explica la técnica de Acción Social de Andalucía, que compartió con su compañero Juan Carlos Espinosa la jornada. “Lo principal de estas acciones es la conciencia grupal que se crea. Cuando lo que haces te lo llevas dentro es transformador y solo en ese momento se produce un cambio real en nuestra forma de actuar y comprometernos con el medioambiente”, explica Espinosa.

Un compromiso medioambiental fuerte es el que tiene María del Mar Madrona. La profesional y voluntaria de CaixaBank, que participó en la actividad de R4 “Limpiamos la playa de Punta Umbría” en Huelva, lleva años realizando voluntariado medioambiental: campaña de anidamiento científico, migraciones, protección de aves…

Desde su experiencia, Madrona señala: “el tema medioambiental desgraciadamente no está en nuestras manos, pero cada uno de nosotros podemos hacer muchas cosas a nivel particular para proteger el entorno más cercano. Las pequeñas acciones que hacemos contribuyen al cambio real”.

 

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